Sin duda los productos mas tradicionales de nuestra tierra.

Un método de conservación tan antiguo como efectivo que le ha valido para permanecer, casi inalterable, durante siglos.

Además de las típicas salazones de cerdo como costillas, pancetas, orejas, patas, rabos, cabezas y lacones en prácticas presentaciones de peso reducido, disponemos de algún troceado, envasado al vacío, para las piezas de mayor tamaño.

La tan apreciada dieta mediterránea no duda en el uso de un producto tan natural, elaborado sin conservantes artificiales, ni ningún otro aditivo y que realza el sabor de nuestras carnes de cerdo con la sal y la exposición al aire de secaderos controlados para garantizar su continuidad.